La familia de Ángela se acaba de mudar de ciudad por cuestiones laborales, y la niña no está muy contenta con el cambio. Está en un sitio desconocido, tiene que compartir habitación con su hermana pequeña y, por si fuera poco, no termina de llevarse bien con algunos de sus compañeros de clase. Menos mal que siempre puede contar con Esmeralda, su pez, a la que habla y consulta sus dudas.

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